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Recuerdos dolorosos

La última entrada de este blog me dejó agotada.
Después de escribirlo, antes de pulsar el botón de publicar, tuve un momento de duda.
¿Era necesario compartir esto?
¿Por qué lo hago?
¿A qué me expongo?
Normalmente nunca pienso en las consecuencias. Actúo por instinto, con el impulso de la pasión.
Me detenía un comentario que todavía me deja un mal sabor en la boca.
Le había confiado a una persona equivocada, esa escena. En ese momento me mostró todo el apoyo.
Pero tiempo después, hizo un comentario público que me paralizó del asco.
"Al menos mi mamá me quiere, cosas que no pueden decir otras".
Cambié de idea gracias a un encuentro gratificante.
Alguien se me acercó para confesarme que se veía reflejado en lo que escribía.
Se refería a las peleas entre mis papás en la entrada "El día más duro".
Dejé que hablara todo lo que tenía atorado durante años y al final coincidimos en que no estamos solos.
Al compartir lo que nos pasa, lo que nos parecía una gran tragedia, se suaviza.
Pensamos que nadie se siente como nosotros y es todo lo contrario.
Me animó a seguir escribiendo.
Por supuesto que lo haré.
Pero en este momento, le voy a dar una pausa al blog.
No mucha.
Me ha servido para canalizar un montón de recuerdos, unos dolorosos, otros gratificantes.
Lo más importante, me ha dado el impulso para escribir algo de más largo aliento y terminar una obra guardada por la mitad.
Falta muchísimo más en este blog.
Digamos que terminó la primera temporada.
Nos escribimos muy pronto.




Comentarios

  1. Vale. Toma tu pausa, date una vuelta, respira... pero que siga el blog. "Mi Confesión" es la confesión de mas de una.

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