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Mostrando entradas de noviembre, 2016

Simón Díaz con alusinógenos

Debajo de mis pies cristales molidos. Mis cortos pasos agrietan  los rectángulos de vidrios que apuran para tragarme a un vacío inexplicable. A mi alrededor una sincronía de puertas  que bailan burlándose de mi destino. Sé a dónde voy pero no encuentro la salida. Todo da vueltas y vueltas y vueltas. Suena el ¡crac! líquido del único sostén entre el piso y mi peso. Me arrodillo ante lo inevitable. Voy a morir, caeré como un juguete roto. Río para que los demás escuchen a lo lejos el eco de mis sombras. Seré de una vez por todas  mi pasado y mi presente. Me liberaré de mi tortura, este es el final que he buscado siempre. Caigo, caigo profundo en la letanía de un vacío. Por fin volaré. -¿Qué coño te pasa Mawa? Mónica me observa con una carcajada clavada en la garganta. Es una gigante, una mujer con cuatro grandes extensiones simulando unos brazos gelatinosos. -Busco el baño... -¿Y qué coño haces arrodillada en el piso? -¡No te muevas que se va caer! N

Aburrida a lo cinema verité

-¿No te parece que la mirada cinematográfica de Truffaut está plagada de ideogramas oníricos? Ante la pregunta pongo cara de total interés mientras busco en mi memoria el significado de "ideogramas", "onírico", pero me encuentro totalmente paralizada del terror al no poder localizar al tal Truffaut. Asumo que es un director de cine y cómo la interrogante da para un sí o un no, me voy por lo sencillo. -Ahora que lo mencionas...¡Sí! No lo había pensado hasta ahora, pero sí...es onírica. -Pero yo prefiero el juego surrealista de Buñuel, aunque no creas Mawa, "El perro andaluz" su película más famosa, no simboliza ni un apículo de su vasta tortura en su lucha contra su aséptica beatería, aunque se acompañara de Dalí y García Lorca. ¿No crees? Necesito con urgencia que alguien me pegue un tiro entre los ojos. Si esta reunión representa el modelo a seguir de mi madurez, quisiera retroceder el tiempo a mis fiestas de mucho alcohol y charlas desprevenidas so

¡Bienvenidos a la farándula!

Ella ríe con tanta fuerza plástica que todos volteamos a verla. Es imposible no reconocer a la chica mala de las telenovelas, la eterna contrafigura que hace la vida difícil a la protagonista por el amor del galán de turno. Tiene una belleza forjada a pulso: gimnasio, sauna, masajes y sin falta, peluquería cada semana para retocar su rubia melena que combina con su apellido inglés. A su lado, otra actriz conocida por sus desnudos llamados artísticos en las revistas de porno ligero, amante de las selfies y las fotografías tomadas en aparente descuido, vegetariana por moda, conversa con ella mientras los hombres revolotean a su alrededor.   Muy cerca de ellas, otra actriz ofrece una entrevista con cara de desgano. Le aburren las preguntas sobre su vida privada -no tan privada- porque lo que ella quiere es decirle al periodista su opinión sobre la política venezolana, el calentamiento global o comentar sobre su nueva obra de teatro en la que se mete en la piel de Frida Kahlo.