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¡Bienvenidos a la farándula!

Ella ríe con tanta fuerza plástica que todos volteamos a verla.
Es imposible no reconocer a la chica mala de las telenovelas, la eterna contrafigura que hace la vida difícil a la protagonista por el amor del galán de turno.
Tiene una belleza forjada a pulso: gimnasio, sauna, masajes y sin falta, peluquería cada semana para retocar su rubia melena que combina con su apellido inglés.
A su lado, otra actriz conocida por sus desnudos llamados artísticos en las revistas de porno ligero, amante de las selfies y las fotografías tomadas en aparente descuido, vegetariana por moda, conversa con ella mientras los hombres revolotean a su alrededor.  
Muy cerca de ellas, otra actriz ofrece una entrevista con cara de desgano.
Le aburren las preguntas sobre su vida privada -no tan privada- porque lo que ella quiere es decirle al periodista su opinión sobre la política venezolana, el calentamiento global o comentar sobre su nueva obra de teatro en la que se mete en la piel de Frida Kahlo.
Porque hablar de la Kahlo es muy "trendy",
Pero el periodista insiste en su empeño de sacarle alguna exclusiva sobre su relación con un director de moda, y para no decir que no hace su trabajo, compone la pregunta típica de un profesional de la farándula que no ha visto, ni quiere ver la película del estreno, "¿En quién o en que te inspiraste para representar a esta mujer?"
La verdad, lo que el periodista desea es que se apaguen las luces de la cámara para tomarse un par de fotos con la actriz y colgarla en sus redes sociales.
A la espera por su momento de atención, una comediante hace cola para su entrevista en vivo en la televisión nacional.
Delante de la comediante hay cuatro celebridades más esperando por las cámaras, pero ella espera con paciencia, no quiere dejar pasar la oportunidad para dar su opinión sobre una película que no ha visto.
Ella, conocida por sus amores lésbicos, mata el tiempo tomándose fotos con sus fanáticas que no tienen ningún reparo en darle besos en las boca o en pedirle que les toque el culo.
Lejos de todos ellos, uno de mis actores favoritos tiene ocupadas sus manos con dos vasos de ron.
Me había acercado a él para unas declaraciones, pero fue imposible concentrarme con su tufo de aguardiente y sus palabras fuera de contexto.
Desde que llegó no ha dejado de beber, desde hace diez años no participa en una buena película.
Por otro lado, un famoso youtuber pone mala cara cuando le piden fotos y más fotos.
Una actriz poco conocida persigue a los medios de comunicación para que la tomen en cuenta.
Un político famoso por sus intervenciones diarias en contra del gobierno, cautiva a una pequeña audiencia con su monólogo sobre los mejores restaurantes italianos.
Uno de los mejores directores de fotografías del país, leyenda viviente con premios internacionales es completamente ignorado por la prensa, pero a él no le preocupa esto mientras busca la manera de robarse unos tequeños.
Llega un actor mediático y sus agentes, ayudantes, secretarias salen al paso y dicen que no va ofrecer entrevistas...a nadie.
Pido un vaso de ron aunque no me guste, necesito fuerzas para soportar toda esta escena.
Estoy cansada de pedir entrevistas, de escuchar lo mismo y solo quiero llegar a casa.
No puedo soportar que mi actor favorito es un borracho impertinente.
Busco otro vaso de ron.
Dos horas después llego a la casa cansada de tanta farsa.
Voy a la nevera en busca de un poco de agua y mi compañero de apartamento, un gay declarado sale del baño.
-¡Mawa! ¿A qué no adivinas? ¡Hoy me encontré a la Miss Venezuela en el restaurante!
Simulo una sonrisa.
-¡Qué bien!
-Entonces, le dije que yo quería ser Miss Venezuela y ella...¡Demasiado bella chama! Me dice que me va a presentar como si estuviera ¡MODELANDO!
-¡Qué chévere!
-Entonces yo le dije que me podía batir mejor que ella...y la Miss Venezuela me dice: y ahora con ustedes...¡Miss Venezuela 2016 es ANTONIO! Y yo salí y me batí ese pelo mejor que la Alicia Machado. ¿Lo puedes creer? ¡La actual Miss Venezuela me hizo modelar!
-¡Impresionante!
Me despido y me lanzo en la cama.
Demasiada farándula para un día.



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