Ir al contenido principal

Me levanté al drug dealer

-¡Así que esto es la soltería!
No entiendo porque es lo primero que pienso al quedarme encerrada en este baño de una disco de ambiente.
Apenas me puedo mover en un espacio que no debe sobrepasar un metro de largo por dos de ancho, pegado a mis costillas está el lavabo con pegotes de vómito alrededor.
Alguien, en un delirio de buen samaritano, le tiró cubos de hielo encima para calmar el mal olor.
Pero no. No ha dado resultado.
Sostengo la respiración por un rato porque no quiero salir, aún.
Antes de entrar a este baño, una mujer esperaba delante de mí.
Me comió con una mirada masculina, mientras apoyaba su pierna izquierda en la pared y le daba una jalón largo a su cigarro.
-Pasa tú que yo estoy esperando a mi hermanita.
Me dijo pegando su boca a mi oído con el pretexto de la música alta. Sentí escalofríos, pero de asco.
Al minuto salió una tipa que debía sostenerse de la puerta para no caer, le sonrió a la mujer y sin más se dieron un beso agresivo y torpe, aproveché para meterme al baño pero una de esas cuatro manos me acarició la cintura en el proceso.
Cerré la puerta.
-¿Esto es la soltería?
Me pregunto ahora frente al espejo.
Decido salir porque me acuerdo que dejé a un amigo solo y a la deriva, lo encuentro sentado sorbiendo el trago  con un pitillo.
-¿Y ahora que hacemos? ¿Nos quedamos sentadas aquí como unas señoritas hasta que nos saquen a bailar?
Me pregunta con una sonrisa.
-¡Claro que no! Vamos a bailar tú y yo.
La pista está llena de formas que se rozan, tocan, besan en descontrol.
Al lado de nosotros dos chicas se tragan a besos hasta el punto de pegarse contra otras parejas, estás a su vez se incluyen en el dúo para besar o lamer, o restregar con furia al calor de un reggaetton.
Dos hombres se acuestan en una tarima y simulan hacer el amor, mientras otros los observaban divertidos.
-¿Te gusta alguien Mawa?
Es difícil contestar a esa pregunta, descartando las locas arrebatadas, las machorras con gorras y las heteromorbosas, sólo hay una chica alta que llama mi atención.
-¡Ella!
Le señalo a mi amigo.
-La de la falda.
-Sí.
-Mawa es un hombre.
-Ahhhh...Entonces nadie.
De la nada, un chico se acerca a mí y me extiende la mano para bailar, me asusto.
Ya lo había visto sin camisa, pegandose al culo de todas las mujeres de la disco.
-¿Quieres bailar?
Le digo que no con la cabeza, mi amigo sale en mi defensa.
-Disculpa, ella es tímida.
-Yo también soy tímido.
Me dijo sin quitarme la mirada de encima.
-Me gustas, nunca te había visto por acá.
-No suelo salir mucho.
-Yo soy el rey de acá y ¿sabes por que? Reparto mercancía de la buena.
-¿Qué clase de mercancía?
-Cocaína ¿quieres?
-No, gracias.
-¿La has probado?
-No.
-Porque me gustas mucho te regalo una línea.
-Gracias, pero no quiero.
-Te la estoy dejando gratis y una línea cuesta 200. Anda, vamos al baño, me gustas mucho.
Me di la vuelta, miré a mi amigo y le dije que nos fuéramos.
Al salir eran las tres de la mañana.
-Deberíamos hacer esto más seguido Mawa.
-Claro, es lo que hacen los solteros ¿no?



Comentarios

  1. "Claro, es lo que hacen los solteros..." Muy bueno ¿Despues de esto debería venir una frase cliché? "Todo a su tiempo" jajaja

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Jajaja. Las frases cliché son efectivas en la mayoría de los casos.

      Eliminar

Publicar un comentario

Entradas populares de este blog

Una señal del destino (I)

Les juro que si canta una vez más empezaré a gritar. Puedo jurar, que si llega a acercarse un poco más para besarme como es su intención, o para tocarme como señalan sus ganas, voy a fingir un desmayo.  Les puedo jurar que yo jamás alenté, propicié, animé, avivé -ustedes busquen los sinónimos que quieran- pero jamás hice algo para estar en esta situación tan bochornosa, atrapada en el cubículo de un baño público sin poder moverme, mientras la hermana de una compañera de trabajo me tiene acorralada dedicándome una canción. - Yo no me doy por vencida ...te recuerdo que tu hermana y mi novia están afuera...y o quiero un mundo contigo ...y estamos tardando mucho... juro que vale la pena ...juro que voy a gritar si no me dejas salir de acá... esperar, esperar y esperar un suspiro ... (Suspiro) La cantante aficionada se llama Julia, pero yo le digo Selma porque es la copia exacta de la hermana de Marge Simpson.  A Selma no parece importarle que fuera de este baño fétido ...

La despedida (y II)

-No. Está saliendo conmigo. Un golpe directo al estómago. Eres un amigo horroroso, horrible. ¿Cómo coño se te ocurre salir con mi ex? ¡Tú eres uno de mis mejores amigos! Sabes la importancia de esa mujer en mi vida. Conociste de primera mano todo el tiempo y el esfuerzo que me tocó conquistarla. ¡Lloré en tu hombro cuando terminamos! Te dije que me había enamorado de ella, que me dejó el corazón roto, que gracias a ella volvió mi arrechera a las bisexuales. ¡Me diste ánimo! Me dijiste que ella no valía la pena, que era una loca, una indefinida. ¡Hipócrita! La querías para ti todo este tiempo. Yo siempre supe que ella te gustaba, siempre, pero jamás pensé en esta traición, de ti no, todos menos tú. Seguramente me vas a decir que ya lo nuestro terminó, pero David, el código dice que nunca vas a salir con el ex de un amigo. ¡Claro! No se te ocurrió mejor momento de darme la noticia cuando me voy del país. ¡Cobarde! ¡Yo jamás te quité una novia! ¡Ah, no perdón! Es que nunca te conocí una...

¿Periodistas serios? Te voy a echar un cuento

-¡Mídete Mawa! -¿Qué quieres decir con eso? -No puedes escribir cualquier cosa en tu blog. ¡Eres una figura pública! -¿Yo? ¿Una figura pública? ¡Me entero! -Eres periodista, tus notas salen todos los días. -¿Entonces? -¡Tienes que ser seria! Ahí está el problema. No me considero una periodista seria, de esas que andan con una imagen de impoluta hipocresía por el mundo, mirando por encima del hombro a los demás, porque según la tradición, los periodistas somos dueños de la verdad. Y como acreedores ese don divino, nosotros debemos ser ejemplo de éxitos, pero no de fracasos. Me da un poco de risa esos periodistas que llegan a una rueda de prensa cargados de palabras rebuscadas, más serios que una piedra y con una distancia que dan más ganas de huir que de hablar. La idea tampoco es que te sientes en las piernas del entrevistado como si fuera tu amigo de toda la vida, pero tampoco y mucho menos, que lo trates con unas pinzas de distante asco. Y la palabra ética da vueltas en la...