-Lesly, no sé como somos amigas, si pensamos tan diferente.
-Es obra de Dios. Él nos pone a las personas en el camino para aprender.
Hablar de diferencias entre nosotras es poco: ella es cristiana, yo soy atea, ella no bebe, yo puedo sentarme a tomar sin parar, Lesly ama el chocolate, a mi no me entusiasman los dulces, Lesly es calmada, yo exploto en cualquier situación, ella es comedida, yo le hablo de sexo sin pudor, Lesly prefiere más las imágenes que las palabras , yo soy lo contrario.
Pero la diferencia más abismal, mi amiga es heterosexual y a mi me gustan las mujeres.
Una vez le toqué el tema.
-¿Crees que los gays deberían tener el derecho de casarse y adoptar?
-Mawa me vas a perdonar lo que voy a decir, pero no.
Ni me molesté, ni propicié una discusión estéril que seguramente quedaría en nada, era su opinión y se la respeté, porque a pesar de lo que ella pensaba, siempre me respetó.
¿Cómo una persona tan diferente a mí llega a ser mi amiga?
Se lo atribuyo a la necesidad de hablar,
Pasaba por una situación difícil y Lesly fue una de las pocas personas que se acercó a preguntarme como estaba.
Desde ese punto, un par de confesiones, unas lágrimas de frustración,las conversaciones fueron más transcendentes y nos dimos cuenta que a las dos nos gustaba el cine, la lectura y coincidamos en la manera de ver un mundo ideal.
Equilibramos esa balanza perfecta de ser diferentes en formas de ser, pero tener pensamientos comunes.
Pero ahora mi amiga se va, fuera, lejos del país.
Me he encontrado arrinconada en un llanto que me atrapa en cualquier lugar.
Tomo tan en serio la amistad, no sólo de ella sino de otros, que lloro más por la ausencia de un amigo, que por algunas ex parejas que dejaron cicatrices de rabia pero sanaron rápido.
La voy a extrañar, no lo niego.
Voy a necesitar esas conversaciones sin sentido, esas búsquedas desesperadas por un chocolate en particular, esos consejos en el momento preciso que nunca tomé.
Te voy a extrañar Lesly.
Tienes razón, esta amistad sólo pudo ser obra de Dios.
-Es obra de Dios. Él nos pone a las personas en el camino para aprender.
Hablar de diferencias entre nosotras es poco: ella es cristiana, yo soy atea, ella no bebe, yo puedo sentarme a tomar sin parar, Lesly ama el chocolate, a mi no me entusiasman los dulces, Lesly es calmada, yo exploto en cualquier situación, ella es comedida, yo le hablo de sexo sin pudor, Lesly prefiere más las imágenes que las palabras , yo soy lo contrario.
Pero la diferencia más abismal, mi amiga es heterosexual y a mi me gustan las mujeres.
Una vez le toqué el tema.
-¿Crees que los gays deberían tener el derecho de casarse y adoptar?
-Mawa me vas a perdonar lo que voy a decir, pero no.
Ni me molesté, ni propicié una discusión estéril que seguramente quedaría en nada, era su opinión y se la respeté, porque a pesar de lo que ella pensaba, siempre me respetó.
¿Cómo una persona tan diferente a mí llega a ser mi amiga?
Se lo atribuyo a la necesidad de hablar,
Pasaba por una situación difícil y Lesly fue una de las pocas personas que se acercó a preguntarme como estaba.
Desde ese punto, un par de confesiones, unas lágrimas de frustración,las conversaciones fueron más transcendentes y nos dimos cuenta que a las dos nos gustaba el cine, la lectura y coincidamos en la manera de ver un mundo ideal.
Equilibramos esa balanza perfecta de ser diferentes en formas de ser, pero tener pensamientos comunes.
Pero ahora mi amiga se va, fuera, lejos del país.
Me he encontrado arrinconada en un llanto que me atrapa en cualquier lugar.
Tomo tan en serio la amistad, no sólo de ella sino de otros, que lloro más por la ausencia de un amigo, que por algunas ex parejas que dejaron cicatrices de rabia pero sanaron rápido.
La voy a extrañar, no lo niego.
Voy a necesitar esas conversaciones sin sentido, esas búsquedas desesperadas por un chocolate en particular, esos consejos en el momento preciso que nunca tomé.
Te voy a extrañar Lesly.
Tienes razón, esta amistad sólo pudo ser obra de Dios.
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