Ir al contenido principal

Tequila, limón y sal (III)

-Me estás tentando, te voy a dar un beso aquí y ahora.
-Dámelo ¿por qué no lo haces?
Era simple la respuesta, pero Andrea estaba tan bebida que se había olvidado que su novio estaba a unos pocos metros.
Se acercaba provocativamente a mi cuello para decirme palabras sin sentido y en el proceso dejaba caer sus besos cortos en mi hombro. Su novio nos miraba fijamente.
-Andrea estás muy tomada.
-¡Me gustas Mawa!
Me paré de su lado antes que la reunión terminara en un baño de sangre y sabía que yo iba a tener la peor parte.
Andrea era incontrolable cuando se tomaba un par de cervezas.
Lo demostró en otra ocasión cuando las dos visitamos a una amiga y me besó en su carro mientras la esperábamos. Yo estaba paranoica.
-¿No se ve nada con estos vidrios ahumados?
Se reía ante mi insistencia de tener un poco, un mínimo de precaución por lo que estaba pasando, yo no tenía nada que perder, pero ella sí, y mucho.
Con sus palabras, en no molestartarme por esos detalles, me abrió la puerta a sentirme confiada y querida.
En una ocasión, cuadramos una salida a un campo para el fin de semana, lógicamente su novio se anotó.
Nos ignoramos elegantemente durante todo el día, pero en la noche, estaba sentada contemplando las estrellas, cuando vi que Andrea se acercó a mí.
-Te espero en el baño en un minuto.
Y se fue sin decir nada más.
Miré a mi lado derecho y noté que su novio jugaba billar con otras personas, medí las posibilidades de que algo malo pasara, dudé por unos segundos y decidí seguirla.
La encontré apoyada en la pared con la vista fija en la entrada.
-Andrea, si alguien entra ahora no quiero ni imaginarme...
Ni siquiera me dejó terminar de hablar, unos minutos, ¿una hora después? Ella salió primero y yo me quedé sola en ese baño, con una fiebre que me recorría todo el cuerpo.
Me involucré de una manera loca hasta el punto de esperar su llamada, de imaginar algo más, de quitar al novio de su lado y tener una relación con ella.
-Yo nunca podría admitir esto Mawa, no puedo decepcionar a mi familia.
Esto lo acentuó mucho más en una fiesta en dónde jamás me miró y sé la pasó del brazo de su novio.
Yo salí a la terraza con la esperanza de que una bocanada de aire me quitara los celos y las ganas de llorar. En un momento la tuve a mi lado.
-¿Qué te pasa?
-Nada.
-Estás llorando Mawa.
-¿Por qué crees que estoy llorando?
-No lo sé.
-No seas pendeja Andrea. Te besas con tu novio enfrente de mí ¿y pretendes que no me afecte?
-No sé que decirte.
-¿No sabes que decirme? ¡Si eres arrecha! ¿Quieres que te diga la verdad? Estoy enamorada de ti.
-Yo...no sé...que hacer...
-Sí, ya me dijiste, tu familia, bla, bla, bla.
-Esto no es correcto...
-¿Y ahora es que lo piensas?
-Mawa, tengo que decirte algo...
-¿Qué?
-Me voy del país dentro de un mes...con él.

Comentarios

Entradas populares de este blog

El momento de la despedida o hasta aquí llega esta echadera de cuentos

Yo pensé que esto iba a ser muy fácil. Acaricié muchas veces la idea de llegar a este momento porque estaba loca por cerrar este ciclo que comenzó hace mucho tiempo. Prometí despedirme en la entrada 200 pero los tiempos se fueron alargando y me tocó, como muchos otros, salir de mi país. Al llegar a Lima dejé de lado el blog porque no tenía la paciencia, las ganas y la fuerza de voluntad para seguir empujando las historias. Emigrar me sumió en una especie de depresión pasiva (si esto de verdad existe) y me quitó por mucho tiempo las ganas de escribir, pero esos cuentos son para otro momento. Comencé a escribir por acá, si no me equivoco, en el año 2013.   Lo abrí tiempo después de llegar a Puerto Ordaz luego de vivir 13 años en Maracay, donde me fui a estudiar comunicación social. Llegué a Puerto Ordaz con el corazón roto porque había dejado al amor de mi vida en esa ciudad, con la promesa de regresar juntas muy pronto. Nunca ocurrió. El blog nació como una forma de sacar toda ...

¿Periodistas serios? Te voy a echar un cuento

-¡Mídete Mawa! -¿Qué quieres decir con eso? -No puedes escribir cualquier cosa en tu blog. ¡Eres una figura pública! -¿Yo? ¿Una figura pública? ¡Me entero! -Eres periodista, tus notas salen todos los días. -¿Entonces? -¡Tienes que ser seria! Ahí está el problema. No me considero una periodista seria, de esas que andan con una imagen de impoluta hipocresía por el mundo, mirando por encima del hombro a los demás, porque según la tradición, los periodistas somos dueños de la verdad. Y como acreedores ese don divino, nosotros debemos ser ejemplo de éxitos, pero no de fracasos. Me da un poco de risa esos periodistas que llegan a una rueda de prensa cargados de palabras rebuscadas, más serios que una piedra y con una distancia que dan más ganas de huir que de hablar. La idea tampoco es que te sientes en las piernas del entrevistado como si fuera tu amigo de toda la vida, pero tampoco y mucho menos, que lo trates con unas pinzas de distante asco. Y la palabra ética da vueltas en la...

Una señal del destino (I)

Les juro que si canta una vez más empezaré a gritar. Puedo jurar, que si llega a acercarse un poco más para besarme como es su intención, o para tocarme como señalan sus ganas, voy a fingir un desmayo.  Les puedo jurar que yo jamás alenté, propicié, animé, avivé -ustedes busquen los sinónimos que quieran- pero jamás hice algo para estar en esta situación tan bochornosa, atrapada en el cubículo de un baño público sin poder moverme, mientras la hermana de una compañera de trabajo me tiene acorralada dedicándome una canción. - Yo no me doy por vencida ...te recuerdo que tu hermana y mi novia están afuera...y o quiero un mundo contigo ...y estamos tardando mucho... juro que vale la pena ...juro que voy a gritar si no me dejas salir de acá... esperar, esperar y esperar un suspiro ... (Suspiro) La cantante aficionada se llama Julia, pero yo le digo Selma porque es la copia exacta de la hermana de Marge Simpson.  A Selma no parece importarle que fuera de este baño fétido ...