Ir al contenido principal

La partida

La vida te sostenía cada diez segundos, exactos. Ese era el tiempo que te llevaba tomar una bocanada de aire.
Diez segundos, silencio, espera y otro suspiro.
Eran las once de la mañana de un domingo de agosto, lluvioso y oscuro y yo te sostenía la mano, mentira, te apretaba la mano para que te aferraras a algo. ¿O era yo que me aferraba a ti?
La gente pasaba por la habitación de la clínica, tocaba tu frente ardiendo y se iba con el miedo en la boca.
El final estaba cerca y no querían verme y verte a la cara cuando ocurriera.
Mi hermano mayor te agarraba de un lado y yo de otro.
Tus suspiros se convirtieron en pulsaciones de dolor, mientras te calmaba con palabras tiernas, con recuerdos borrosos, con perdones tardíos, con promesas por cumplir.
-Papá ¿te acuerdas cuando me leías tus obras de teatro? Te metías en los personajes y lo practicabas frente a mí.
Punzada de dolor y el silencio.
-¿Recuerdas cuando me hacías unas colas en el cabello para ir a la escuela?
Silencio, espasmos dolor.
La morfina ya no te calmaba, había hecho su trabajo de acercarte al precipicio de la muerte. Lo que venía ahora, lo que estaba ocurriendo, era el empujón para tu partida.
Un suspiro se prolongó más que cualquier otro.
Pegué mi boca a tu oído.
-Papá te me vas y no puedo hacer nada. Lo último que quiero decir es que te quiero mucho, que dejo atrás todo lo malo, que me quedo con los buenos recuerdos, con las canciones de cuna, con tu amor al arte, con tus ganas de enseñar, me quedo con eso. Es tarde para decirlo pero te amo.
Di besos rápidos en tu frente, te miré a esos ojos que nunca más me miraron
En ese momento lloraste,  lágrimas en el último largo suspiro, después de eso quedó el silencio.
Silencio.


Comentarios

Entradas populares de este blog

El momento de la despedida o hasta aquí llega esta echadera de cuentos

Yo pensé que esto iba a ser muy fácil. Acaricié muchas veces la idea de llegar a este momento porque estaba loca por cerrar este ciclo que comenzó hace mucho tiempo. Prometí despedirme en la entrada 200 pero los tiempos se fueron alargando y me tocó, como muchos otros, salir de mi país. Al llegar a Lima dejé de lado el blog porque no tenía la paciencia, las ganas y la fuerza de voluntad para seguir empujando las historias. Emigrar me sumió en una especie de depresión pasiva (si esto de verdad existe) y me quitó por mucho tiempo las ganas de escribir, pero esos cuentos son para otro momento. Comencé a escribir por acá, si no me equivoco, en el año 2013.   Lo abrí tiempo después de llegar a Puerto Ordaz luego de vivir 13 años en Maracay, donde me fui a estudiar comunicación social. Llegué a Puerto Ordaz con el corazón roto porque había dejado al amor de mi vida en esa ciudad, con la promesa de regresar juntas muy pronto. Nunca ocurrió. El blog nació como una forma de sacar toda ...

¿Periodistas serios? Te voy a echar un cuento

-¡Mídete Mawa! -¿Qué quieres decir con eso? -No puedes escribir cualquier cosa en tu blog. ¡Eres una figura pública! -¿Yo? ¿Una figura pública? ¡Me entero! -Eres periodista, tus notas salen todos los días. -¿Entonces? -¡Tienes que ser seria! Ahí está el problema. No me considero una periodista seria, de esas que andan con una imagen de impoluta hipocresía por el mundo, mirando por encima del hombro a los demás, porque según la tradición, los periodistas somos dueños de la verdad. Y como acreedores ese don divino, nosotros debemos ser ejemplo de éxitos, pero no de fracasos. Me da un poco de risa esos periodistas que llegan a una rueda de prensa cargados de palabras rebuscadas, más serios que una piedra y con una distancia que dan más ganas de huir que de hablar. La idea tampoco es que te sientes en las piernas del entrevistado como si fuera tu amigo de toda la vida, pero tampoco y mucho menos, que lo trates con unas pinzas de distante asco. Y la palabra ética da vueltas en la...

Una señal del destino (I)

Les juro que si canta una vez más empezaré a gritar. Puedo jurar, que si llega a acercarse un poco más para besarme como es su intención, o para tocarme como señalan sus ganas, voy a fingir un desmayo.  Les puedo jurar que yo jamás alenté, propicié, animé, avivé -ustedes busquen los sinónimos que quieran- pero jamás hice algo para estar en esta situación tan bochornosa, atrapada en el cubículo de un baño público sin poder moverme, mientras la hermana de una compañera de trabajo me tiene acorralada dedicándome una canción. - Yo no me doy por vencida ...te recuerdo que tu hermana y mi novia están afuera...y o quiero un mundo contigo ...y estamos tardando mucho... juro que vale la pena ...juro que voy a gritar si no me dejas salir de acá... esperar, esperar y esperar un suspiro ... (Suspiro) La cantante aficionada se llama Julia, pero yo le digo Selma porque es la copia exacta de la hermana de Marge Simpson.  A Selma no parece importarle que fuera de este baño fétido ...