Ir al contenido principal

Machos misóginos

Muy pocas veces me dejan sin palabras, pero aquí estoy, sin saber que decir.
Puedo molestarme, fingir sorpresa, reírme por el mal chiste, aunque poco a poco empieza a calzar un sentimiento en mi pecho.
Me siento indignada. 
Solo que el hombre que tengo al frente, el que ahora sigue hablando como si nada, lo necesito.
Es un cliente importante y debe ser por eso, que se cree con el derecho de decir cualquier barbaridad.
Pide otro whisky, yo repito un vaso de agua.
A su lado, están dos tipos como él.
Desagradables, ricos, confiados, misóginos, machistas.
Cómo soy la única mujer en la mesa, imagino que están tratando de lucirse y con unos tragos encima, la situación es insoportable.
-No me respondiste.
Salgo de mis pensamientos porque me doy cuenta que me habla directamente.
Los tres tienen los ojos puestos en mí, no en mi cara, en mis tetas.
¡Maldito escote!
Tienen la mirada viscosa, una sonrisita de medio lado que dan ganas de vomitarles encima, uno de ellos aprieta demasiado su rodilla contra la mía, por más que la aparto, insiste.
Estoy rodeada, y esto no tiene nada que ver con mi sexualidad. 
A ninguna mujer le debe resultar agradable sentirse acosada por unos desconocidos, a media botella de estar completamente borrachos.
Pero los necesito, si no tengo ese contrato, voy a pasarlo muy mal.
-Disculpa ¿Qué no respondí?
-Lo que te dije...que cómo tienes sangre indígena, dicen por ahí que las indias son buenas en la cama.
-¿Era una pregunta? Me pareció más una afirmación.
-Te pregunto.
Los tres ríen.
Asquerosos, idiotas, imbéciles.
Cada vez que nos vemos, sale con el mismo comentario.
-¿Te molesta?
-¡Para nada! ¿Podemos hablar lo del contrato?
-¡Nah! Dejemos los negocios para más tarde. Pide algo de beber.
-No tomo alcohol, con agua estoy bien.
Sale otro.
-Con todo respeto, pero ¿las tienes operadas?
-¿Qué cosa?
-Las te...los senos...
Miro para otro lado.
No puedo creer que mi destino esté en las manos de estos cabrones.
Me entran ganas de llorar.
Si no obtengo esa firma, me olvido de pagar el alquiler, comprar comida y lo que es peor, tendría que mudarme a la casa de mi mamá y mi relación se iría a pique por la distancia.
Tengo mucho que perder.
Toco mi oreja derecha, está caliente.
No voy a llorar.
Debo aguantar.
-¿Mawarí? ¡Eh!
-Dime.
-Estás perdida. ¡Me encanta tu nombre! Te pedimos un whisky.
-Les dije que no tomaba.
-Los negocios son mejores con alcohol.
Sonrío, tomo un sorbo largo de la bebida, pongo cara de asco.
-¡Está bueno! Cómo te dije por teléfono, nos encantaría tener una relación comercial con su empresa
-Ya, ya.
-Y si firma...
-A mi me encantaría tener otro tipo de relación...
Me va a explotar la cabeza.
-¡Ya basta! 
-No te molestes, es una broma.
-¡Los comentarios que hacen son inapropiados!
-No quería incomodarte.
-Me incomodan.
-Disculpa...
Todos guardamos silencio, hasta que uno habla.
-¡Las indias también tienen un carácter fuerte!
Me levanto de un salto de la silla, quiero golpear, maldecir, escupir, mandarlos a la mierda.
-¡Me voy!
-Siéntate por favor.
-No, me voy. Si quiere firmar, hable directamente con mi jefe. No los soporto más.
-¿Cómo te vas?
No le respondo y empiezo a caminar lo más rápido que puedo hasta salir a una calle solitaria.
Los tacones me molestan, me arden las orejas.
Lloro.







Comentarios

Entradas populares de este blog

El momento de la despedida o hasta aquí llega esta echadera de cuentos

Yo pensé que esto iba a ser muy fácil. Acaricié muchas veces la idea de llegar a este momento porque estaba loca por cerrar este ciclo que comenzó hace mucho tiempo. Prometí despedirme en la entrada 200 pero los tiempos se fueron alargando y me tocó, como muchos otros, salir de mi país. Al llegar a Lima dejé de lado el blog porque no tenía la paciencia, las ganas y la fuerza de voluntad para seguir empujando las historias. Emigrar me sumió en una especie de depresión pasiva (si esto de verdad existe) y me quitó por mucho tiempo las ganas de escribir, pero esos cuentos son para otro momento. Comencé a escribir por acá, si no me equivoco, en el año 2013.   Lo abrí tiempo después de llegar a Puerto Ordaz luego de vivir 13 años en Maracay, donde me fui a estudiar comunicación social. Llegué a Puerto Ordaz con el corazón roto porque había dejado al amor de mi vida en esa ciudad, con la promesa de regresar juntas muy pronto. Nunca ocurrió. El blog nació como una forma de sacar toda ...

¿Periodistas serios? Te voy a echar un cuento

-¡Mídete Mawa! -¿Qué quieres decir con eso? -No puedes escribir cualquier cosa en tu blog. ¡Eres una figura pública! -¿Yo? ¿Una figura pública? ¡Me entero! -Eres periodista, tus notas salen todos los días. -¿Entonces? -¡Tienes que ser seria! Ahí está el problema. No me considero una periodista seria, de esas que andan con una imagen de impoluta hipocresía por el mundo, mirando por encima del hombro a los demás, porque según la tradición, los periodistas somos dueños de la verdad. Y como acreedores ese don divino, nosotros debemos ser ejemplo de éxitos, pero no de fracasos. Me da un poco de risa esos periodistas que llegan a una rueda de prensa cargados de palabras rebuscadas, más serios que una piedra y con una distancia que dan más ganas de huir que de hablar. La idea tampoco es que te sientes en las piernas del entrevistado como si fuera tu amigo de toda la vida, pero tampoco y mucho menos, que lo trates con unas pinzas de distante asco. Y la palabra ética da vueltas en la...

Una señal del destino (I)

Les juro que si canta una vez más empezaré a gritar. Puedo jurar, que si llega a acercarse un poco más para besarme como es su intención, o para tocarme como señalan sus ganas, voy a fingir un desmayo.  Les puedo jurar que yo jamás alenté, propicié, animé, avivé -ustedes busquen los sinónimos que quieran- pero jamás hice algo para estar en esta situación tan bochornosa, atrapada en el cubículo de un baño público sin poder moverme, mientras la hermana de una compañera de trabajo me tiene acorralada dedicándome una canción. - Yo no me doy por vencida ...te recuerdo que tu hermana y mi novia están afuera...y o quiero un mundo contigo ...y estamos tardando mucho... juro que vale la pena ...juro que voy a gritar si no me dejas salir de acá... esperar, esperar y esperar un suspiro ... (Suspiro) La cantante aficionada se llama Julia, pero yo le digo Selma porque es la copia exacta de la hermana de Marge Simpson.  A Selma no parece importarle que fuera de este baño fétido ...