Ir al contenido principal

Bye, bye amigo

"Quiero que entiendas lo que digo, es que TODO el mundo se está divorciando, ¿para qué coño se quieren casar? Además, hay mucha promiscuidad en el ambiente, todo el mundo se acuesta con todos. ¡Mira las marchas gays! Un montón de pervertidos, hombres vestidos de mujer, media nalga afuera. ¡Horrible! ¿Cuál es la intención en casarse? Te lo voy a decir Mawa, es por los niños, quieren adoptar niños, criarlos y convertirlos en homosexuales. A eso es a lo que quieren llegar Mawarí, nada más. ¡Quieren los niños! ¿Qué necesidad tienen? Nunca en este país van a aprobar el matrimonio gay, y yo...yo estoy totalmente de acuerdo con eso".
Termina su discurso masticando una papa frita.
Soy la anfitriona, y como las reglas de buenas costumbres dictan que los invitados son sagrados, esta lógica es lo único que me detiene, en mi deseo de hacerle tragar la papa frita a la fuerza.
Tres personas más nos acompañan, y ellos guardan un silencio incómodo.
Saben mi posición al respecto, me conocen tanto, que no les pasa desapercibido mi cuello rojo.
Con un movimiento casi imperceptible echan para atrás sus sillas.
No dejo de mirar a quien dio el encendido discurso.
Odio.
Eso es lo que refleja mi mirada.
Suspiro, y me sale un tono irónico.
-Ernesto...tengo una duda ¿tú no eres gay?
-Sí, pero eso...
-Ya hablaste, es mi turno...Te refieres a los gays como "ellos", "esos" cuando TÚ eres gay. La mierda que acaba de salir de tu boca la espero de un ignorante, homofóbico heterosexual, no de un tipo de más de treinta años que jamás ha visto a una mujer desnuda, ¡ASÍ DE GAY ERES!
-Eso no quiere decir nada...
-¡Ya veo! La homofobia infecta hasta la propia comunidad.
-¡Yo no formo parte de ninguna comunidad!
-¡Eres peluquero! ¿y sabes por qué? Porque eres tan amanerado que nadie te quiere contratar como administrador, qué es lo que estudiaste. A esa sociedad machista, homofóbica, a esa sociedad a la cual apoyas, para esa sociedad tú encajas ¡en una peluquería! ¡Dios los libre de tener una loca en la oficina!
-Soy peluquero porque me da más dinero.
-¡Mentira! ¿En cuántos trabajos te han rechazado?
-No tienes razón...
-...Ahora vienes y me dices algo así que "nosotros", no tú por supuesto, tenemos una especie de conspiración para criar niños y convertirlos en homosexuales.
-Es mi opinión Mawa, la tienes que respetar.
-¿Cómo voy a respetar esa basura? ¿Quién te crió a ti para que salieras tan marico?
-Mawa, respétame.
-¡Soy lesbiana y a un marico le puedo decir marico!
-No voy a hablar contigo en ese estado...
-Responde...¿Quién te crió a ti? ¿Un par de hombres que preparaban ponquecitos y se daban besos de lengua pegando los bigotes?
-....
-Te crió una pareja heterosexual que ya llevan como cuarenta años de casados...¿sabes quienes me criaron a mí? Otra pareja de heterosexuales que estuvieron 15 años juntos. Te reto a que hagas una encuesta entre todos los homosexuales que conozcas y me digas si alguno de ellos, los crió una pareja gay...
-¿A dónde quieres llegar?
-¡Qué eso no tiene nada que ver! Puedes criarte en el hogar que sea, alejado en el tope de una montaña o en medio de una ciudad repleta de gente, cuando te toca, te toca.
-Si te crías en una familia homosexual existe más posibilidades.
-Igual que si estás en una heterosexual...
-Mawa, según La Biblia...
-¡COÑO! ¿Crees en Dios?
-Tú sabes que sí.
-Él te hizo así. ¡Acéptalo! Serás más feliz.
-No voy a cambiar de opinión.
-¿Ah no?
-¡No!
-¡Vete de mi casa!
-¿Cómo?
-¡Vete de mi casa!
-¡Mira quien habla de tolerancia!
-Puedo tener tolerancia con los ignorantes, pero con un gay homofóbico que, primero, ni se incluye como gay, y segundo, piensa que no tenemos derechos, con eso...¡no puedo!
-Me echas de tu casa y no entro más.
-La puerta no tiene llave, cierra cuando salgas.







Comentarios

Entradas populares de este blog

El fin del caos (y III)

 -No creo que te sirva este pantalón. Me dijo David sosteniendo en la mano un jean de su hermana, dos tallas menor a la mía. -¿No habrá algo más? Tardó un rato más en buscar y esta vez llegó con una larga falda amarilla llena de pliegos, lazos y lentejuelas de colores, una prenda que jamás en mi vida sobria y sensata hubiera utilizado.  No hace falta acotar que este no era el momento más sensato de mi vida. Una vez más. -Pero me la tienes que regresar rápido, es la falda favorita de mi mamá. La tierna advertencia de David junto a su disposición de ayuda, me hizo callar cualquier queja inútil en una situación donde no tenía muchas salidas. Tampoco quería seguir hablando de la noche anterior, pero David me empujaba. -¿Qué le pasó a tu pantalón? ¿Le hiciste el sexo oral a esta chama? Sin él saberlo, las dos respuestas a sus preguntas tenían una relación directa.  Le conté como en sueños me dejé llevar hasta el sofá.  Observé como mi amiga abría las piernas ante mí con sus manos guiando mi

Anatomía de un guayabo (y II)

-No quiero que me malinterpretes. Te pregunté en esa oportunidad si a pesar de conocer todos los ciclos por los que tienes que pasar, desde el momento en que sabes que te enamoraste, hasta el día en que te das cuenta que todo termina, y entras en ese maluco guayabo querías, aún así, a pesar de todo el lío...¿enamorarte? Lo digo porque sin duda, no puedo negarlo, ¡Vale la pena! Sí, sí, no creas que estoy loca. Chama, lo mejor del final, no es que quiera insistir en este sentimiento pesimista, pero lo mejor del final es terminar bien con tu ex. No, creas, pasa mucho y no es malo. O en un caso hipotético al menos no quedar con un sentimiento de odio porque si se da ese caso, quedar herida de rencores, tú serías la perdedora ¿Y no queremos perder verdad? En mi caso, mi última ex me montó tantos los cuernos, que ese debe ser el motivo por el que ahora se me cae más el cabello...¡No te rías! ¡Es verdad! Aquello fue una carnicería del engaño, lo mínimo que ella se merecía de mi parte era que

El momento de la despedida o hasta aquí llega esta echadera de cuentos

Yo pensé que esto iba a ser muy fácil. Acaricié muchas veces la idea de llegar a este momento porque estaba loca por cerrar este ciclo que comenzó hace mucho tiempo. Prometí despedirme en la entrada 200 pero los tiempos se fueron alargando y me tocó, como muchos otros, salir de mi país. Al llegar a Lima dejé de lado el blog porque no tenía la paciencia, las ganas y la fuerza de voluntad para seguir empujando las historias. Emigrar me sumió en una especie de depresión pasiva (si esto de verdad existe) y me quitó por mucho tiempo las ganas de escribir, pero esos cuentos son para otro momento. Comencé a escribir por acá, si no me equivoco, en el año 2013.   Lo abrí tiempo después de llegar a Puerto Ordaz luego de vivir 13 años en Maracay, donde me fui a estudiar comunicación social. Llegué a Puerto Ordaz con el corazón roto porque había dejado al amor de mi vida en esa ciudad, con la promesa de regresar juntas muy pronto. Nunca ocurrió. El blog nació como una forma de sacar toda esta frus