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Harry Potter y la maldición de los ex (El final)

Por mucho tiempo pensé que lo mejor era quedar bien con los ex.
Sentía que era una forma de ser madura en estos tiempos, demostrar que se podría sobrellevar un final de manera elegante.
En muchos casos lo intenté y llegué a una conclusión reveladora: no se puede.
Es simple, es verdad eso de que en una relación siempre hay alguien quien ama más y cuando una relación llega a su fin, el primero en buscar una amistad, es el menos quiere.
Porque para esa persona es muy fácil desligar el sentimiento de la persona, porque nunca sintió tanto como el otro.
¿Quién en su sano juicio quiere escuchar sobre la nueva pareja de su ex?
Ponerte en una situación donde tengas que escuchar que esa persona es feliz con otra, tener que tragar y masticar lo bien que le va en situaciones que contigo no disfrutaba.
Y en esos experimentos, en la mayoría de los casos, cuando se intenta una amistad, todos caemos en el "último polvo".
Ese momento estúpido para demostrar lo bien que nos desempeñamos en la cama, para dar clases tardías de kamasutra, para que quede constancia, de que a mi lado, no vas a experimentar mejores orgasmos.
El último polvo es ese espejismo de lo que nunca fue y nunca será.
Los ex existen para recordar en que fallamos y como podemos mejorar.
Pensar en regresar y que todo sea igual, es como esos libros de Harry Potter.
Pura fantasía.

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