-¿Qué saben de ella?
-¿De quién Mawa?
-No se hagan las locas...de mi ex.
-Está muy enamorada, está buscando casa para vivir con su pareja. Yo la veo feliz, muy feliz.
-¡Me alegro!
-¿Si?
No, por supuesto que no me alegraba.
Quería que me dijeran que la estaba pasando mal, que no me había olvidado, que preguntaba por mi. Me hubiese gustado escuchar un simple, "te sigue amando" ¿es mucho pedir?
-¿Cómo se llama la pareja?
-¿Para que quieres saber Mawa?
-Curiosidad.
-Se llama María.
¡Rayos! María es un nombre muy común para buscar en internet.
-María ¿qué?
-No te vamos a decir. Averigua.
Y eso hice.
Mi ex pareja no tenía una obsesión por las redes sociales como yo. Su última publicación en Twitter tenía fecha de hacía un año atrás, así que me dediqué a investigar uno a uno a sus quince seguidores.
Descarté a varios hasta que quedé con dos posibles candidatos que tenían cuentas en Instagram y ¡bingo! Di con la bendita María.
El descubrimiento fue un puñal doloroso y un fresco a mi ego.
Analicé por horas una foto en donde salían las dos.
-¿Y entonces?
-¡Yo estoy más buena!
-¿Y eso te hace sentir mejor?
-Claro. La tipa parece un macho y además de eso le queda mal la ropa. ¿Está como gorda no?
-Respiras por la herida...
-Sólo digo lo que veo.
-¿Ayudo a tu ego? Tú eres más inteligente.
-¡Ja! Claro.
-Pero ella la tiene y tú no.
¡Auch! Dolió
Y mucho.
-¿De quién Mawa?
-No se hagan las locas...de mi ex.
-Está muy enamorada, está buscando casa para vivir con su pareja. Yo la veo feliz, muy feliz.
-¡Me alegro!
-¿Si?
No, por supuesto que no me alegraba.
Quería que me dijeran que la estaba pasando mal, que no me había olvidado, que preguntaba por mi. Me hubiese gustado escuchar un simple, "te sigue amando" ¿es mucho pedir?
-¿Cómo se llama la pareja?
-¿Para que quieres saber Mawa?
-Curiosidad.
-Se llama María.
¡Rayos! María es un nombre muy común para buscar en internet.
-María ¿qué?
-No te vamos a decir. Averigua.
Y eso hice.
Mi ex pareja no tenía una obsesión por las redes sociales como yo. Su última publicación en Twitter tenía fecha de hacía un año atrás, así que me dediqué a investigar uno a uno a sus quince seguidores.
Descarté a varios hasta que quedé con dos posibles candidatos que tenían cuentas en Instagram y ¡bingo! Di con la bendita María.
El descubrimiento fue un puñal doloroso y un fresco a mi ego.
Analicé por horas una foto en donde salían las dos.
-¿Y entonces?
-¡Yo estoy más buena!
-¿Y eso te hace sentir mejor?
-Claro. La tipa parece un macho y además de eso le queda mal la ropa. ¿Está como gorda no?
-Respiras por la herida...
-Sólo digo lo que veo.
-¿Ayudo a tu ego? Tú eres más inteligente.
-¡Ja! Claro.
-Pero ella la tiene y tú no.
¡Auch! Dolió
Y mucho.
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