Ir al contenido principal

La gata (o como se me quitaron las ganas de ser una chica mala)

Yo era la más arrecha.
Sí, señores.
Creía que me comía el mundo, que podía tener una relación sin comprometer mi soltería.
Dejaba las cosas en claro desde el principio.
-Yo estoy divorciada de Sofía. Porque, a pesar que no hubo papel, tú me dirás que siete años de relación no eran un matrimonio. Así que no quiero compromisos.
En ese tiempo, me encontré con las relaciones más locas del mundo pero nadie, ni nada se compara a esta mujer.
La Gata.
No recuerdo su nombre, por eso le cuelgo el mote.
Ya sabrán el motivo.
-Cuenten la experiencia sexual, más bizarra que han tenido.
Pedía un amigo en una fiesta.
De inmediato, todos hablaban de su mala experiencia, hasta que llegó mi turno.
-Tienen que escuchar mi cuento con La Gata.
Mis amigos se sirvieron una ronda de cerveza, prendieron los cigarros para escuchar atentos.
En una época era adicta a los chats de citas, esos que de cada diez personas que conocías, una era normal.
La Gata fue parte ese mal porcentaje, pero en ese momento no lo sabía.
Nos vimos un par de veces. No era linda, pero tenía un cuerpo de modelo que daba la cara por ella.
Me invitó a una parrilla en su casa, con todo sus juguetes.
Me explico. Estaba su mamá, sus hermanos machistas, su hijo (tenía un niño de cinco años), su ex novia, su ex esposo, el vecino morboso, los sobrinos metiches, las mascotas. Todo el mundo.
A la cuarta caja de cerveza me sacó a bailar regaetton.
Más bien, me obligó a bailar regaetton, porque nadie se había ido y a mi me parecía muy poco prudente que bailáramos esa cosa tan sexual.
Sonó "La vecinita" de Vico C (jamás se me olvidará esa canción en mi vida)
La vecinita tiene antojo
antojo que quiere resolver
el vecinito le echa un ojo
ojo que mira pa comer.
Sin pensarlo estaba acorralada contra la pared, y La Gata se restregaba contra mi.
-¡Chama! Está tu mamá allí...
-Tranquila que ella sabe que somos novias.
¿Novias? Primera alarma.
Se hicieron las doce la noche y no me pude ir.
La Gata me invitó a dormir en su casa, y sin mucho ánimo acepté.
-Voy a ver si el niño está dormido.
Me senté en su cama y me prometí que nada iba a pasar. Cinco minutos después, La Gata llegó con la ropa más sexual que encontró para dormir.
Sucumbí a la tentación.
Al día siguiente, me levanté con un dolor extraño en la espalda y cuando me vi en un espejo, tenía sus uñas marcadas en todo el cuerpo.
-¿Ustedes vieron la película La pasión de Cristo? Eso no era nada en comparación con mi espalda.
Mis amigos se echaron a reír.
-¿Y que hiciste?
-Al día siguiente le hice un drama y no la vi más.
Uno de ellos, dio una jalón a su cigarrillo para decir.
-Eso te pasa por puta.
-¡Gracias amigo! No me había fijado.

Comentarios

Entradas populares de este blog

El momento de la despedida o hasta aquí llega esta echadera de cuentos

Yo pensé que esto iba a ser muy fácil. Acaricié muchas veces la idea de llegar a este momento porque estaba loca por cerrar este ciclo que comenzó hace mucho tiempo. Prometí despedirme en la entrada 200 pero los tiempos se fueron alargando y me tocó, como muchos otros, salir de mi país. Al llegar a Lima dejé de lado el blog porque no tenía la paciencia, las ganas y la fuerza de voluntad para seguir empujando las historias. Emigrar me sumió en una especie de depresión pasiva (si esto de verdad existe) y me quitó por mucho tiempo las ganas de escribir, pero esos cuentos son para otro momento. Comencé a escribir por acá, si no me equivoco, en el año 2013.   Lo abrí tiempo después de llegar a Puerto Ordaz luego de vivir 13 años en Maracay, donde me fui a estudiar comunicación social. Llegué a Puerto Ordaz con el corazón roto porque había dejado al amor de mi vida en esa ciudad, con la promesa de regresar juntas muy pronto. Nunca ocurrió. El blog nació como una forma de sacar toda ...

¿Periodistas serios? Te voy a echar un cuento

-¡Mídete Mawa! -¿Qué quieres decir con eso? -No puedes escribir cualquier cosa en tu blog. ¡Eres una figura pública! -¿Yo? ¿Una figura pública? ¡Me entero! -Eres periodista, tus notas salen todos los días. -¿Entonces? -¡Tienes que ser seria! Ahí está el problema. No me considero una periodista seria, de esas que andan con una imagen de impoluta hipocresía por el mundo, mirando por encima del hombro a los demás, porque según la tradición, los periodistas somos dueños de la verdad. Y como acreedores ese don divino, nosotros debemos ser ejemplo de éxitos, pero no de fracasos. Me da un poco de risa esos periodistas que llegan a una rueda de prensa cargados de palabras rebuscadas, más serios que una piedra y con una distancia que dan más ganas de huir que de hablar. La idea tampoco es que te sientes en las piernas del entrevistado como si fuera tu amigo de toda la vida, pero tampoco y mucho menos, que lo trates con unas pinzas de distante asco. Y la palabra ética da vueltas en la...

Una señal del destino (I)

Les juro que si canta una vez más empezaré a gritar. Puedo jurar, que si llega a acercarse un poco más para besarme como es su intención, o para tocarme como señalan sus ganas, voy a fingir un desmayo.  Les puedo jurar que yo jamás alenté, propicié, animé, avivé -ustedes busquen los sinónimos que quieran- pero jamás hice algo para estar en esta situación tan bochornosa, atrapada en el cubículo de un baño público sin poder moverme, mientras la hermana de una compañera de trabajo me tiene acorralada dedicándome una canción. - Yo no me doy por vencida ...te recuerdo que tu hermana y mi novia están afuera...y o quiero un mundo contigo ...y estamos tardando mucho... juro que vale la pena ...juro que voy a gritar si no me dejas salir de acá... esperar, esperar y esperar un suspiro ... (Suspiro) La cantante aficionada se llama Julia, pero yo le digo Selma porque es la copia exacta de la hermana de Marge Simpson.  A Selma no parece importarle que fuera de este baño fétido ...