Del drama nacen grandes novelas o memorables canciones.
Que lo diga la cantante británica Adele quien le sacó las ganancias en premios y dinero a un rompimiento amoroso.
Al menos con cinco de sus temas he llorado hasta el cansancio pero no soy la única. Por ahí le escribieron que le deseaban un amargo divorcio para que se inspirara en su próximo disco.
Es cruel, pero de las rupturas salen jugosas historias.
Llego a esto porque una lectora del blog me hizo un comentario pertinente.
"Es que a ti te ha ido mal en el amor, todo el tiempo es un drama, finales tristes".
Me hizo pensar y llegar a varias conclusiones: la primera que es más fácil encontrar un político honesto que tener un final feliz en una relación.
Recordemos una regla básica en el amor, la cual no es otra que siempre hay uno quien ama más.
Y cuando hay amor de por medio, en la misma medida está repartido el dolor.
Lo que me lleva a la próxima conclusión: no, no me ha ido tan mal en el amor.
Al contrario me siento bendecida porque me he enamorado hasta quedarme sin aliento, se han enamorado de mi hasta la locura (Literalmente).
Han sido indiferentes conmigo, yo también he dado a probar de esa medicina.
Pasa que desde el dolor, de esos finales apocalípticos o indiferentes tengo una fuente de inspiración exquisita.
Dos veces sentí el poder de esa fuerza arrolladora de estar con alguien para toda la vida, pero desde hace cuatro años no digo la palabra Te Amo.
La tengo atragantada y con ganas de dedicarla a alguien, pero mientras eso no llega me tomo el tiempo para hablar en lo que he fallado, en lo que me han fallado.
Quizás si dejo de lado esos momentos tiernos y me enfoco en la novela de lo incierto, es un estilo, es una forma de espantar fantasmas.
Esta es una carta abierta a una lectora del blog y tomaré sus consejos al pie de la letra.
Como ahora no estoy ni cerca de estar enamorada, pues tendrá que aguantarse un poco.
Igual, siempre espero al final para ponerle un poco de drama a mis letras.
Recuerda amiga, del dolor nacen grandes cosas.
Que lo diga la cantante británica Adele quien le sacó las ganancias en premios y dinero a un rompimiento amoroso.
Al menos con cinco de sus temas he llorado hasta el cansancio pero no soy la única. Por ahí le escribieron que le deseaban un amargo divorcio para que se inspirara en su próximo disco.
Es cruel, pero de las rupturas salen jugosas historias.
Llego a esto porque una lectora del blog me hizo un comentario pertinente.
"Es que a ti te ha ido mal en el amor, todo el tiempo es un drama, finales tristes".
Me hizo pensar y llegar a varias conclusiones: la primera que es más fácil encontrar un político honesto que tener un final feliz en una relación.
Recordemos una regla básica en el amor, la cual no es otra que siempre hay uno quien ama más.
Y cuando hay amor de por medio, en la misma medida está repartido el dolor.
Lo que me lleva a la próxima conclusión: no, no me ha ido tan mal en el amor.
Al contrario me siento bendecida porque me he enamorado hasta quedarme sin aliento, se han enamorado de mi hasta la locura (Literalmente).
Han sido indiferentes conmigo, yo también he dado a probar de esa medicina.
Pasa que desde el dolor, de esos finales apocalípticos o indiferentes tengo una fuente de inspiración exquisita.
Dos veces sentí el poder de esa fuerza arrolladora de estar con alguien para toda la vida, pero desde hace cuatro años no digo la palabra Te Amo.
La tengo atragantada y con ganas de dedicarla a alguien, pero mientras eso no llega me tomo el tiempo para hablar en lo que he fallado, en lo que me han fallado.
Quizás si dejo de lado esos momentos tiernos y me enfoco en la novela de lo incierto, es un estilo, es una forma de espantar fantasmas.
Esta es una carta abierta a una lectora del blog y tomaré sus consejos al pie de la letra.
Como ahora no estoy ni cerca de estar enamorada, pues tendrá que aguantarse un poco.
Igual, siempre espero al final para ponerle un poco de drama a mis letras.
Recuerda amiga, del dolor nacen grandes cosas.
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