Ir al contenido principal

Ritual de apareamiento (y II)

Me recuesto en el sofá.
Calculo que son las seis de la mañana porque un rayo de sol impertinente entra por las amplias ventanas.
No me importa estar en una casa ajena, mucho menos me aturde el sonido de las otras personas.
Risas, música, todo se mezcla.
-Nena, ¿estás bien?
-Sí.
-Nos vamos a meter en la piscina, ¿vienes?
-No, quiero dormir un rato...
-Por cierto, tu amiga te está buscando.
-¿Quien?
-La que tiene pareja.
-Dejame dormir...
Caigo en un letargo ligero, me siento cómoda, segura y cálida.
Sueño con litros de agua y yo estoy ahí, nadando en medio de la gente, completamente desnuda, me siento libre y en sueños unas manos me tocan.
Insistentes, ágiles. Demasiado perfectas para ser un sueño y despierto de golpe.
-¡Shhhh!
Tengo que acostumbrarme rápido a lo que está pasando, porque ella está encima de mí.
-Para, para...
No me deja terminar la frase porque me regala un beso eterno y yo estoy apenas despertando.
No tengo nada mas inteligente que decir, que una excusa imperfecta.
-Puede entrar alguien.
-¡Vamos al baño!
No sé que fuerza superior me levantó de ese sofá ¿la del deseo? Y en segundos sonó el seguro de la puerta, en minutos todo era sudar, cuarenta minutos después salí con menos sueño y el maquillaje alborotado.
Opté por meterme en la piscina.
Una semana después caminaba por un centro comercial y me tropiezo de frente con mi historia en el baño y su pareja.
No entiendo como sus nervios no la delataron.
-¡Mawa! Tiempo sin verte.
Pensé que el descaro deberían venderlo.
-¿Conoces a mi pareja?
-La he visto en fotos contigo....se ven tan lindas.
¿Notó mi ironía?
-Mawa, deberíamos quedar para tomar un café.
Y a esta mujer, el descaro tiene que salirle a dolar negro.
-Un café, o una piscinada...
-¿Cómo?
Tragó grueso.
-Nada, yo me entiendo.


Comentarios

Entradas populares de este blog

El momento de la despedida o hasta aquí llega esta echadera de cuentos

Yo pensé que esto iba a ser muy fácil. Acaricié muchas veces la idea de llegar a este momento porque estaba loca por cerrar este ciclo que comenzó hace mucho tiempo. Prometí despedirme en la entrada 200 pero los tiempos se fueron alargando y me tocó, como muchos otros, salir de mi país. Al llegar a Lima dejé de lado el blog porque no tenía la paciencia, las ganas y la fuerza de voluntad para seguir empujando las historias. Emigrar me sumió en una especie de depresión pasiva (si esto de verdad existe) y me quitó por mucho tiempo las ganas de escribir, pero esos cuentos son para otro momento. Comencé a escribir por acá, si no me equivoco, en el año 2013.   Lo abrí tiempo después de llegar a Puerto Ordaz luego de vivir 13 años en Maracay, donde me fui a estudiar comunicación social. Llegué a Puerto Ordaz con el corazón roto porque había dejado al amor de mi vida en esa ciudad, con la promesa de regresar juntas muy pronto. Nunca ocurrió. El blog nació como una forma de sacar toda ...

¿Periodistas serios? Te voy a echar un cuento

-¡Mídete Mawa! -¿Qué quieres decir con eso? -No puedes escribir cualquier cosa en tu blog. ¡Eres una figura pública! -¿Yo? ¿Una figura pública? ¡Me entero! -Eres periodista, tus notas salen todos los días. -¿Entonces? -¡Tienes que ser seria! Ahí está el problema. No me considero una periodista seria, de esas que andan con una imagen de impoluta hipocresía por el mundo, mirando por encima del hombro a los demás, porque según la tradición, los periodistas somos dueños de la verdad. Y como acreedores ese don divino, nosotros debemos ser ejemplo de éxitos, pero no de fracasos. Me da un poco de risa esos periodistas que llegan a una rueda de prensa cargados de palabras rebuscadas, más serios que una piedra y con una distancia que dan más ganas de huir que de hablar. La idea tampoco es que te sientes en las piernas del entrevistado como si fuera tu amigo de toda la vida, pero tampoco y mucho menos, que lo trates con unas pinzas de distante asco. Y la palabra ética da vueltas en la...

Una señal del destino (I)

Les juro que si canta una vez más empezaré a gritar. Puedo jurar, que si llega a acercarse un poco más para besarme como es su intención, o para tocarme como señalan sus ganas, voy a fingir un desmayo.  Les puedo jurar que yo jamás alenté, propicié, animé, avivé -ustedes busquen los sinónimos que quieran- pero jamás hice algo para estar en esta situación tan bochornosa, atrapada en el cubículo de un baño público sin poder moverme, mientras la hermana de una compañera de trabajo me tiene acorralada dedicándome una canción. - Yo no me doy por vencida ...te recuerdo que tu hermana y mi novia están afuera...y o quiero un mundo contigo ...y estamos tardando mucho... juro que vale la pena ...juro que voy a gritar si no me dejas salir de acá... esperar, esperar y esperar un suspiro ... (Suspiro) La cantante aficionada se llama Julia, pero yo le digo Selma porque es la copia exacta de la hermana de Marge Simpson.  A Selma no parece importarle que fuera de este baño fétido ...