Ir al contenido principal

El encuentro (I)

Quizás si me maquillara un poco más, ella no notará mi nerviosismo. 
Es una estupidez ¿cuanto tiempo tengo sin verla?
Un año y dos meses.
Tanto tiempo.
¿Huelo bien?
¿Me veo bien?
Me miré en el espejo.
Había seleccionado esa ropa una semana atrás, un escote pronunciado, mi mejor pantalón, mis ocho kilos menos, mi desespero.
No le voy a pedir que vuelva conmigo.
No voy a rogar que me regale una noche.
Solo quiero saber los por qués.
Intenté pintarme los labios pero las manos temblorosas no me dejaban. Desistí.
Llegar hasta la puerta de su trabajo me iba a tomar 10 minutos, los más largos que tuve en mi vida.
Había ensayado ante el espejo lo que le iba a decir, como le iba a pedir unas horas para hablar, pero en el momento de abrir esa puerta, todo se convirtió en una nube blanca. 
No levantó la vista cuando entré, miraba con seriedad unos papeles, mientras subía unos lentes que le resbalaban por la nariz. 
Me planté frente a Alejandra.
Gorgotee un hola. 
Fue así que levantó la vista con la boca abierta que poco a poco se transformó en una sonrisa.
Me desarmó.
-Hola; sientate.
Nos miramos por un momento sin decir palabra, midiendo lo que habíamos cambiado en tanto tiempo.
Le pedí un momento para hablar, lejos de su trabajo, de todas interrupciones. 
-¿Podemos vernos cuando salgas de tu trabajo?
-Claro.
Me levanté como pude y ella me detuvo con una frase.
-Mawa...Sabia que ibas a venir.
A las 4 de la tarde, esperaba impaciente en el sitio que acordamos.
Pasaron 10 minutos, 20, 30 y ella no llegaba.
Me apoye en una columna con ganas de llorar.

Comentarios

Entradas populares de este blog

El momento de la despedida o hasta aquí llega esta echadera de cuentos

Yo pensé que esto iba a ser muy fácil. Acaricié muchas veces la idea de llegar a este momento porque estaba loca por cerrar este ciclo que comenzó hace mucho tiempo. Prometí despedirme en la entrada 200 pero los tiempos se fueron alargando y me tocó, como muchos otros, salir de mi país. Al llegar a Lima dejé de lado el blog porque no tenía la paciencia, las ganas y la fuerza de voluntad para seguir empujando las historias. Emigrar me sumió en una especie de depresión pasiva (si esto de verdad existe) y me quitó por mucho tiempo las ganas de escribir, pero esos cuentos son para otro momento. Comencé a escribir por acá, si no me equivoco, en el año 2013.   Lo abrí tiempo después de llegar a Puerto Ordaz luego de vivir 13 años en Maracay, donde me fui a estudiar comunicación social. Llegué a Puerto Ordaz con el corazón roto porque había dejado al amor de mi vida en esa ciudad, con la promesa de regresar juntas muy pronto. Nunca ocurrió. El blog nació como una forma de sacar toda ...

¿Periodistas serios? Te voy a echar un cuento

-¡Mídete Mawa! -¿Qué quieres decir con eso? -No puedes escribir cualquier cosa en tu blog. ¡Eres una figura pública! -¿Yo? ¿Una figura pública? ¡Me entero! -Eres periodista, tus notas salen todos los días. -¿Entonces? -¡Tienes que ser seria! Ahí está el problema. No me considero una periodista seria, de esas que andan con una imagen de impoluta hipocresía por el mundo, mirando por encima del hombro a los demás, porque según la tradición, los periodistas somos dueños de la verdad. Y como acreedores ese don divino, nosotros debemos ser ejemplo de éxitos, pero no de fracasos. Me da un poco de risa esos periodistas que llegan a una rueda de prensa cargados de palabras rebuscadas, más serios que una piedra y con una distancia que dan más ganas de huir que de hablar. La idea tampoco es que te sientes en las piernas del entrevistado como si fuera tu amigo de toda la vida, pero tampoco y mucho menos, que lo trates con unas pinzas de distante asco. Y la palabra ética da vueltas en la...

Una señal del destino (I)

Les juro que si canta una vez más empezaré a gritar. Puedo jurar, que si llega a acercarse un poco más para besarme como es su intención, o para tocarme como señalan sus ganas, voy a fingir un desmayo.  Les puedo jurar que yo jamás alenté, propicié, animé, avivé -ustedes busquen los sinónimos que quieran- pero jamás hice algo para estar en esta situación tan bochornosa, atrapada en el cubículo de un baño público sin poder moverme, mientras la hermana de una compañera de trabajo me tiene acorralada dedicándome una canción. - Yo no me doy por vencida ...te recuerdo que tu hermana y mi novia están afuera...y o quiero un mundo contigo ...y estamos tardando mucho... juro que vale la pena ...juro que voy a gritar si no me dejas salir de acá... esperar, esperar y esperar un suspiro ... (Suspiro) La cantante aficionada se llama Julia, pero yo le digo Selma porque es la copia exacta de la hermana de Marge Simpson.  A Selma no parece importarle que fuera de este baño fétido ...