Duermo.
Mi teléfono repica sin parar.
Son mensajes privados a mi Twitter de un usuario desconocido.
-¿Los cachos no te molestan cuando chocan con el techo?
-¡Dicen que cuando los ex vuelven es porque extrañan otra cama!
-¡Debes ser muy mala cama porque tu novia me sigue buscando!
-¿Sabes que decía ella de ti?
-Ella decía que te veías sucia.
-¿Quieres pruebas de su infidelidad?
-¡Las tengo todas!
-Jajajajajajaja
-¿Quieres fotos o capturas de conversaciones?
-¡Tengo las dos! Jajajajajajaja
No reacciono al momento.
Dormí toda la tarde aturdida por el cansancio del trabajo, sueño que es un sueño pero para mi pesar, no es así.
-¿Quién es?
-Te mando la primera prueba.
Me llega una imagen de unas piernas conocidas, entre ellas, sus manos tocan un perro al que muchas veces acaricié.
La fotografía tiene un vago mensaje sexual.
-Ahora te mando la conversación.
Leo peticiones de encuentro furtivos, deseos al desnudo, motes cariñosos, frases tan íntimas que me despiertan completamente.
Ubico el lugar, la persona y el contexto de la situación.
Desde que empecé esta relación, la sombra de su expareja regresa una y otra vez en nuestro día a día.
Siempre que pregunto por ella, mi novia lanza comentarios malignos de su pasado y negaciones eternas, pero lo que me llega en privado es lo opuesto a esa realidad.
Algo se rompe dentro de mí.
-¿Quieres saber lo que me dice?
-No, no quiero.
-Me dice que me extraña.
-Las felicito.
-¡Qué mala cama eres!
-¿Sí? ¿Por qué no regresan?
-¡Ella me desea a mí!
-Insisto, ¿por qué no regresan?
Las pruebas son tan poderosas que no puedo disimular.
-¿Por qué te escondes en un seudónimo? Ya sé quien eres.
-Quiero que los demás vean como te menciono en Twitter, eres periodista ¿no? ¡Qué todo el mundo se entere!
-¿Qué me montaron cachos? ¡Cómo si fuera la primera periodista que le pasa!
-¿Qué le vas a decir a tu "novia"?
-Me espera una conversación interesante con ella.
-¿Sigue siendo tu novia después de todo?
-Eso lo decido yo.
-¡Qué cabrona!
-¿Eres feliz con lo que haces?
-Yo sí, ¿y tú?
-Salto de la alegría.
-¿La vas a ver hoy?
-Sí.
-Pues dile de mi parte, como es un día especial no quería dejarlo escapar. ¡FELIZ DÍA DE LOS ENAMORADOS A LAS DOS!
Mi teléfono repica sin parar.
Son mensajes privados a mi Twitter de un usuario desconocido.
-¿Los cachos no te molestan cuando chocan con el techo?
-¡Dicen que cuando los ex vuelven es porque extrañan otra cama!
-¡Debes ser muy mala cama porque tu novia me sigue buscando!
-¿Sabes que decía ella de ti?
-Ella decía que te veías sucia.
-¿Quieres pruebas de su infidelidad?
-¡Las tengo todas!
-Jajajajajajaja
-¿Quieres fotos o capturas de conversaciones?
-¡Tengo las dos! Jajajajajajaja
No reacciono al momento.
Dormí toda la tarde aturdida por el cansancio del trabajo, sueño que es un sueño pero para mi pesar, no es así.
-¿Quién es?
-Te mando la primera prueba.
Me llega una imagen de unas piernas conocidas, entre ellas, sus manos tocan un perro al que muchas veces acaricié.
La fotografía tiene un vago mensaje sexual.
-Ahora te mando la conversación.
Leo peticiones de encuentro furtivos, deseos al desnudo, motes cariñosos, frases tan íntimas que me despiertan completamente.
Ubico el lugar, la persona y el contexto de la situación.
Desde que empecé esta relación, la sombra de su expareja regresa una y otra vez en nuestro día a día.
Siempre que pregunto por ella, mi novia lanza comentarios malignos de su pasado y negaciones eternas, pero lo que me llega en privado es lo opuesto a esa realidad.
Algo se rompe dentro de mí.
-¿Quieres saber lo que me dice?
-No, no quiero.
-Me dice que me extraña.
-Las felicito.
-¡Qué mala cama eres!
-¿Sí? ¿Por qué no regresan?
-¡Ella me desea a mí!
-Insisto, ¿por qué no regresan?
Las pruebas son tan poderosas que no puedo disimular.
-¿Por qué te escondes en un seudónimo? Ya sé quien eres.
-Quiero que los demás vean como te menciono en Twitter, eres periodista ¿no? ¡Qué todo el mundo se entere!
-¿Qué me montaron cachos? ¡Cómo si fuera la primera periodista que le pasa!
-¿Qué le vas a decir a tu "novia"?
-Me espera una conversación interesante con ella.
-¿Sigue siendo tu novia después de todo?
-Eso lo decido yo.
-¡Qué cabrona!
-¿Eres feliz con lo que haces?
-Yo sí, ¿y tú?
-Salto de la alegría.
-¿La vas a ver hoy?
-Sí.
-Pues dile de mi parte, como es un día especial no quería dejarlo escapar. ¡FELIZ DÍA DE LOS ENAMORADOS A LAS DOS!
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