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Requiem por una infidelidad (I)

Y me voy repitiendo. Reincidiendo. Cayendo en este juego de esquivar la verdad sin doblar las esquinas de la realidad, algo así como quitarme seis kilos a base de photoshop, sin desvirtuar los cuadros de fondo.
Escupo los pedazos de esmalte uñas Infinite Shine de la marca OPI, pero algunos grumos todavía están pegados a mis dientes.
Dinero perdido.
Sigo marcando el mismo número una y otra vez.
Repitiendo.
Cae el buzón de voz.
-¡Chamo! Grado 33, necesito que me atiendas de manera urgente.
Por el pulgar derecho y el anular izquierdo de mis manos corre un hilo de sangre que seco metiendo los dedos en mi boca, aprovecho y muerdo lo que queda de uñas.
Vestida para salir velozmente, en mi cartera un lapicero, un bloc de notas, una caja de cigarrillos Belmont, dos halls negros, un ibuprofeno vencido, tres condones texturizados ecstasy marca Trojan, mi monedero Tous negro, las llaves y el celular que tengo a la mano y que ahora por fin, suena.
Detalles, detalles Mawa. Un buen mentiroso debe tener buena memoria.
-¿Grado 33? Tiene que ser algo muy bueno Mawa.
-Pues sí, sabes que yo no me juego con eso.
-Lo sé, la última vez que utilizaste el código estabas borracha, llamando a tu ex para dedicarle canciones de Franco De Vita, a las tres de la mañana.
-Vamos a vernos en el sitio de siempre.
-No tengo dinero Darling. Ando como Madonna cuando llegó a New York buscando la fama: flaca, morena y comiendo puro pop corn. 
-No empieces con tus marisqueras.
-Si me llamas es porque las necesitas.
-Te pago el taxi y los tragos.
-Señora Robinson, trata de seducirme...¿no es así?
-¿Ah?
-Es la frase que le dice Dustin Hoffman a Anne Bancroft en El Graduado...¡no seas inculta mija!
-¡Coño! ¿Puedes o no?
-No me he depilado las piernas...
-Te llevo unos condones de regalo...
-I'm listening...
-Bueno eso, que te llevo tres condones...
-¿Durex?
-Trojan...
-¿Ultra thin?
-¿Ahora estás exquisito? Te recuerdo que tú hacías el fisting sin guantes...
-Mawarí Alejandra Basanta Mota, ni se te ocurra decir eso otra vez, ¿esta conversación está siendo grabada? ¿Aló? ¿Aló? No sé quién es usted señora, no la conozco, no sé de qué habla, ¿qué es fisting? ¿Un postre?
-No me hagas reír vale! En serio, necesito verte.
-Está bien, déjame sacarme las cejas y nos vemos allá en una hora.
-Cuarenta minutos...
-Cuarenta no me alcanza, ando Frida Khalo.
-Está bien...una hora.
-Espera...
-¿Qué?
-I'm not a Material Girl, but...¿lo de los condones es verdad?

uno.-
No avanzamos.
Estoy metida en un taxi, que a la vez está atrapado en una maraña de autos en hora pico camino al sitio de siempre, así que aprovecho para sacar el bloc de notas y el lapicero para adelantar el trabajo.
Escribo, tacho, escribo.
Me pongo irónica, o chistosa, o lo que sea y coloco, "como decía la famosa filósofa colombiana, Shakira, siempre supe que es mejor cuando hay que hablar de dos empezar por uno mismo".
¡Qué ridiculez!
¿Qué tanta preocupación?
¡La historia la escriben los vencedores!
Solo debo mentir, tergiversar, omitir así como hicieron los profetas al crear la Biblia.
Solo que para mentir debo encontrar la verdad, para que ser sincera sobre mis infidelidades debo buscar la génesis del problema pero mi mala memoria no recuerda fechas, sino canciones de esa época, tal cual pasaba con un personaje de la novela Al desnudo del escritor Chuck Palahniuk.
La primera vez que fui infiel sonaba el tema "Tu boca" del colombiano Cabas.
Ella rozaba su rodilla izquierda con la mía por debajo de la mesa, y ante ese mínimo contacto, mi cuerpo reaccionó enviando miles de pinchazos eléctricos desde mis tobillos hasta la raíz de mis cabellos, erizando la fidelidad, quebrando mis escasas fuerzas, deseando sin ningún tipo de pudor ni remordimientos quedarme sola con ella en medio de esa algarabía.
Y así sucedió.
En un momento de la noche, la encontré recostada en la pared de la cocina, esperándome como una leona lista para saltar sobre su presa.
Pero fui yo quien dio el primer paso y me avalancé sobre ella comiendo sus labios sin compasión, explorando su cuerpo con mis manos como un sediento ante un vaso de agua, nuestra respiración ahogando las risas de nuestras parejas.
Cayendo en la lujuria,
Cayendo.
Y llego al sitio de siempre media hora tarde.
-¡Amor! Lo siento, sé que llego tarde.
-Esperaba esto de todos menos de ti Mawarí. I'm disappointed.
-Pide lo que quieras, para compensar.
-Ya lo hice cariño, me pedí un Baileys.
-Tampoco abuses.
-Un grado 33 se lo merece. Una chica como yo se lo merece. ¿O no?
-Claro que sí, Lady Marmalade. Yo me voy a pedir una cerveza.
-Uy no...tú siempre con ese hombre alemán encima, nunca te pides una bebida de niña.
-Lo más niña que puedo ser es pedir una Corona con su limoncito en el pico, ¿te parece?
-No me dejes más con la incertidumbre cariño...
-Ok. Tengo novia y estoy enamorada.
-....
-¿No vas a decir nada?
-Disculpa, déjame poner mi cara de shock. ¿Ese es el grado 33?
-No. El dilema es que ella, como sabe que escribo, quiere que cada una por su lado, escriba sobre nuestras infidelidades, como una confesión.
-¿Why? ¿WHY? ¿Por qué? ¿Cómo para qué?
-Es un tema que le obsesiona porque siempre le han sido infiel y quiere estar segura conmigo.
-Si ha leído tu blog no debería estar contigo.
-Gafo, lo leyó completo...
-Baby, I'm not understand you. ¿Ella quiere que le confieses todas tus infidelidades?
-Sí.
-¿Para después de eso sentirse segura?
-Ujum.
-¿Y tú lo vas a escribir?
-Debo escribir y aquí adelanté algo en el taxi.
Le entrego el cuaderno. En un momento, él lee en voz alta, imitándome.
-"mi cuerpo reaccionó enviando miles de pinchazos eléctricos desde mis tobillos hasta la raíz de mis cabellos, erizando la fidelidad"...¿De verdad Mawa?
-¿Qué?
-¡Le vas a enseñar esta cursilería a tu novia? ¡decirle que otra mujer te hizo sentir como si tuvieras los relámpagos del Catatumbo en la c...
-¡Eh!
-¡Ni loca vas a decir la verdad! ¡No mansillemos el legado de Cher que sigue viva por nosotras!
-¿Qué puedo hacer?
-Escribe mentiras, una ficción.
-Puedo exagerar, pero nunca he escrito ficción.
-La escribiremos las dos. ¿Cuando fue tu otra infidelidad?
-No recuerdo la fecha pero si la canción: Silvio Rodriguez, La canción del elegido.
-Uy no que fuerte...pídeme mejor un cocuy.














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