Ir al contenido principal

Mi peor-mejor enemiga

-¡Tengo ganas de vomitar!
-¡Ni se te ocurra! Sofia dile que no se atreva a vomitar el carro.
-Mawa, ¿quieres vomitar?
-No, ya se me pasó. Pongan La Lupe.
-No voy a poner La Lupe...
-Quiero escuchar La Lupe, La Lupe, La Lupe. Pongan La Tirana.
-¡Coño! ¡Borracho no es gente! No hagas un show aquí.
Rosana me odiaba, lo sabía, porque el sentimiento era mutuo.
La pareja de mi ex pareja Sofía, me tragaba en píldoras amargas porque no le quedaba de otra.
Sofía le había dejado en claro que nuestra amistad después una relación de casi siete años, estaba blindada contra pataletas de celos.
Pero esto no detenía las malas miradas que nos dedicábamos, cada vez que estábamos juntas.
Como tenía oportunidades de ver a Sofía, no perdía tiempo en hablar mal de su pareja, de puntualizar lo malo, pero mi ex novia estaba clara en algo, el respeto lo pedía de lado y lado.
Para poner a prueba nuestra resistencia, me buscaba con su novia hasta mi casa para tomarnos algo.
No solo estuve a punto de vomitar en el carro, un día le quemé los nuevos forros con la colilla de un cigarro.
Rosana me fulminó con una mirada asesina.
Lo más ilógico es que Rosana y yo asomamos la misma personalidad, somos impulsivas, de mal humor y nuestros caracteres son tan similares que daba miedo la coincidencia.
Ninguna daba el brazo a torcer, mientras Sofía trataba de mantener una amistad y una relación al mismo tiempo.
Todo empezó a cambiar cuando me conseguí una nueva novia que resultó ser una prima lejana de Rosana.
La sangre nos unió o ella se quedó más tranquila porque estaba con alguien, todavía no logro contestar esa incógnita.
De un día a otro llamaba a Rosana para pedirle consejos de amor y nos insultábamos con una sonrisa cómplice.
Mi enemiga se convirtió en mi mejor amiga.
Sofía estaba sorprendida.
-¡Ahora la llamas a ella y no a mi!
-Sofía, son conversaciones confidenciales.
-¿Qué?
Ahora, nos mandamos mensajes de te amo por las redes sociales y nos hablamos con gestos.
-Mawa, yo te odiaba. Mi deseo todos los días era que te murieras.
-¡El mío también!
-Jajajaj.
-Te amo.
-Yo también te amo.
-No, no. Yo más perra.
-No. Yo te quiero más pajua.
Dicen que del odio al amor hay un paso, estos fueron varios, pero valió la pena.







Comentarios

Entradas populares de este blog

El momento de la despedida o hasta aquí llega esta echadera de cuentos

Yo pensé que esto iba a ser muy fácil. Acaricié muchas veces la idea de llegar a este momento porque estaba loca por cerrar este ciclo que comenzó hace mucho tiempo. Prometí despedirme en la entrada 200 pero los tiempos se fueron alargando y me tocó, como muchos otros, salir de mi país. Al llegar a Lima dejé de lado el blog porque no tenía la paciencia, las ganas y la fuerza de voluntad para seguir empujando las historias. Emigrar me sumió en una especie de depresión pasiva (si esto de verdad existe) y me quitó por mucho tiempo las ganas de escribir, pero esos cuentos son para otro momento. Comencé a escribir por acá, si no me equivoco, en el año 2013.   Lo abrí tiempo después de llegar a Puerto Ordaz luego de vivir 13 años en Maracay, donde me fui a estudiar comunicación social. Llegué a Puerto Ordaz con el corazón roto porque había dejado al amor de mi vida en esa ciudad, con la promesa de regresar juntas muy pronto. Nunca ocurrió. El blog nació como una forma de sacar toda ...

¿Periodistas serios? Te voy a echar un cuento

-¡Mídete Mawa! -¿Qué quieres decir con eso? -No puedes escribir cualquier cosa en tu blog. ¡Eres una figura pública! -¿Yo? ¿Una figura pública? ¡Me entero! -Eres periodista, tus notas salen todos los días. -¿Entonces? -¡Tienes que ser seria! Ahí está el problema. No me considero una periodista seria, de esas que andan con una imagen de impoluta hipocresía por el mundo, mirando por encima del hombro a los demás, porque según la tradición, los periodistas somos dueños de la verdad. Y como acreedores ese don divino, nosotros debemos ser ejemplo de éxitos, pero no de fracasos. Me da un poco de risa esos periodistas que llegan a una rueda de prensa cargados de palabras rebuscadas, más serios que una piedra y con una distancia que dan más ganas de huir que de hablar. La idea tampoco es que te sientes en las piernas del entrevistado como si fuera tu amigo de toda la vida, pero tampoco y mucho menos, que lo trates con unas pinzas de distante asco. Y la palabra ética da vueltas en la...

Una señal del destino (I)

Les juro que si canta una vez más empezaré a gritar. Puedo jurar, que si llega a acercarse un poco más para besarme como es su intención, o para tocarme como señalan sus ganas, voy a fingir un desmayo.  Les puedo jurar que yo jamás alenté, propicié, animé, avivé -ustedes busquen los sinónimos que quieran- pero jamás hice algo para estar en esta situación tan bochornosa, atrapada en el cubículo de un baño público sin poder moverme, mientras la hermana de una compañera de trabajo me tiene acorralada dedicándome una canción. - Yo no me doy por vencida ...te recuerdo que tu hermana y mi novia están afuera...y o quiero un mundo contigo ...y estamos tardando mucho... juro que vale la pena ...juro que voy a gritar si no me dejas salir de acá... esperar, esperar y esperar un suspiro ... (Suspiro) La cantante aficionada se llama Julia, pero yo le digo Selma porque es la copia exacta de la hermana de Marge Simpson.  A Selma no parece importarle que fuera de este baño fétido ...