Ir al contenido principal

Trilogía de infidelidad (La segunda)

Duermo.
Mi teléfono repica sin parar.
Son mensajes privados a mi Twitter de un usuario desconocido.
-¿Los cachos no te molestan cuando chocan con el techo?
-¡Dicen que cuando los ex vuelven es porque extrañan otra cama!
-¡Debes ser muy mala cama porque tu novia me sigue buscando!
-¿Sabes que decía ella de ti?
-Ella decía que te veías sucia.
-¿Quieres pruebas de su infidelidad?
-¡Las tengo todas!
-Jajajajajajaja
-¿Quieres fotos o capturas de conversaciones?
-¡Tengo las dos! Jajajajajajaja
No reacciono al momento.
Dormí toda la tarde aturdida por el cansancio del trabajo, sueño que es un sueño pero para mi pesar, no es así.
-¿Quién es?
-Te mando la primera prueba.
Me llega una imagen de unas piernas conocidas, entre ellas, sus manos tocan un perro al que muchas veces acaricié.
La fotografía tiene un vago mensaje sexual.
-Ahora te mando la conversación.
 Leo peticiones de encuentro furtivos, deseos al desnudo, motes cariñosos, frases tan íntimas que me despiertan completamente.
Ubico el lugar, la persona y el contexto de la situación.
Desde que empecé esta relación, la sombra de su expareja regresa una y otra vez en nuestro día a día.
Siempre que pregunto por ella, mi novia lanza comentarios malignos de su pasado y negaciones eternas, pero lo que me llega en privado es lo opuesto a esa realidad.
Algo se rompe dentro de mí.
-¿Quieres saber lo que me dice?
-No, no quiero.
-Me dice que me extraña.
-Las felicito.
-¡Qué mala cama eres!
-¿Sí? ¿Por qué no regresan?
-¡Ella me desea a mí!
-Insisto, ¿por qué no regresan?
Las pruebas son tan poderosas que no puedo disimular.
-¿Por qué te escondes en un seudónimo? Ya sé quien eres.
-Quiero que los demás vean como te menciono en Twitter, eres periodista ¿no? ¡Qué todo el mundo se entere!
-¿Qué me montaron cachos? ¡Cómo si fuera la primera periodista que le pasa!
-¿Qué le vas a decir a tu "novia"?
-Me espera una conversación interesante con ella.
-¿Sigue siendo tu novia después de todo?
-Eso lo decido yo.
-¡Qué cabrona!
-¿Eres feliz con lo que haces?
-Yo sí, ¿y tú?
-Salto de la alegría.
-¿La vas a ver hoy?
-Sí.
-Pues dile de mi parte, como es un día especial no quería dejarlo escapar. ¡FELIZ DÍA DE LOS ENAMORADOS A LAS DOS!




Comentarios

Entradas populares de este blog

Anatomía de un guayabo (y II)

-No quiero que me malinterpretes. Te pregunté en esa oportunidad si a pesar de conocer todos los ciclos por los que tienes que pasar, desde el momento en que sabes que te enamoraste, hasta el día en que te das cuenta que todo termina, y entras en ese maluco guayabo querías, aún así, a pesar de todo el lío...¿enamorarte? Lo digo porque sin duda, no puedo negarlo, ¡Vale la pena! Sí, sí, no creas que estoy loca. Chama, lo mejor del final, no es que quiera insistir en este sentimiento pesimista, pero lo mejor del final es terminar bien con tu ex. No, creas, pasa mucho y no es malo. O en un caso hipotético al menos no quedar con un sentimiento de odio porque si se da ese caso, quedar herida de rencores, tú serías la perdedora ¿Y no queremos perder verdad? En mi caso, mi última ex me montó tantos los cuernos, que ese debe ser el motivo por el que ahora se me cae más el cabello...¡No te rías! ¡Es verdad! Aquello fue una carnicería del engaño, lo mínimo que ella se merecía de mi parte era que

El momento de la despedida o hasta aquí llega esta echadera de cuentos

Yo pensé que esto iba a ser muy fácil. Acaricié muchas veces la idea de llegar a este momento porque estaba loca por cerrar este ciclo que comenzó hace mucho tiempo. Prometí despedirme en la entrada 200 pero los tiempos se fueron alargando y me tocó, como muchos otros, salir de mi país. Al llegar a Lima dejé de lado el blog porque no tenía la paciencia, las ganas y la fuerza de voluntad para seguir empujando las historias. Emigrar me sumió en una especie de depresión pasiva (si esto de verdad existe) y me quitó por mucho tiempo las ganas de escribir, pero esos cuentos son para otro momento. Comencé a escribir por acá, si no me equivoco, en el año 2013.   Lo abrí tiempo después de llegar a Puerto Ordaz luego de vivir 13 años en Maracay, donde me fui a estudiar comunicación social. Llegué a Puerto Ordaz con el corazón roto porque había dejado al amor de mi vida en esa ciudad, con la promesa de regresar juntas muy pronto. Nunca ocurrió. El blog nació como una forma de sacar toda esta frus

El fin del caos (y III)

 -No creo que te sirva este pantalón. Me dijo David sosteniendo en la mano un jean de su hermana, dos tallas menor a la mía. -¿No habrá algo más? Tardó un rato más en buscar y esta vez llegó con una larga falda amarilla llena de pliegos, lazos y lentejuelas de colores, una prenda que jamás en mi vida sobria y sensata hubiera utilizado.  No hace falta acotar que este no era el momento más sensato de mi vida. Una vez más. -Pero me la tienes que regresar rápido, es la falda favorita de mi mamá. La tierna advertencia de David junto a su disposición de ayuda, me hizo callar cualquier queja inútil en una situación donde no tenía muchas salidas. Tampoco quería seguir hablando de la noche anterior, pero David me empujaba. -¿Qué le pasó a tu pantalón? ¿Le hiciste el sexo oral a esta chama? Sin él saberlo, las dos respuestas a sus preguntas tenían una relación directa.  Le conté como en sueños me dejé llevar hasta el sofá.  Observé como mi amiga abría las piernas ante mí con sus manos guiando mi